Hijo mio:
Quiero que siempre tengas la fortaleza
para no alejarte de los peligros
sino que aprendas de ellos
aunque para ello tengas que mirarlos en la cara.
Que sepas agradecer a tu destino
por haberte dado la oportunidad
de crecer
al igual que todo el universo.
Que no olvides que el dolor te recuerda
que eres un ser sensible
que está vivo
y que no sólo sabe
sino que siente el viento de su historia
y que puede navegar sobre sus olas.
Quiero que sepas
que nunca imploré por mis defenzas
en el desafío de la vida
ante la transformación de mi cuerpo
y de mi alma.
Que sepas que sólo depende de cada uno
la creación del propio paraíso
o del infierno.
Porque nosotros
los hijos del amor
no corremos en pánico
buscando la salvación de nuestras almas
en los brazos de un dios externo.
Quiero que aprendas
y practiques el arte de amar
y aprendas del arte de servir
con gratitud
porque ese es el unico camino para conquistar
la trasendencia del ser.
Hijo mio
doy gracias a tu existencia
pues con tu presencia
impregno mi alma de verdadera pasión
y compasión
los sentimientos genuinos
para lograr los triunfos propios del alma.
Quiero que el día en que mi barca naufrague
tómes tu alma del brazo
y seas lo suficientemente fuerte
para continuar el camino
de la bienaventuranza
la unica senda hacia la paz interior
y que no olvides
que nadie es inmune a los choques
ni a la gloria del amor!
Madhava
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Mario García Antelo
Miembro de Lux Vitae -
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