“Siento el amor en mi interior como una energía sublime que me rodea por completo y que circula por mis venas. Este cálida energía me hace sentir dichosa y en paz.
Siento amor por mí misma, por mi familia y amigos y por los lo que me rodean.
Siento amor por todo cuanto existe.
Ahora visualizo como este amor se ramifica infinitamente y se distribuye para disolver el sufrimiento del mundo.
Me siento como un árbol que con sus raíces absorbe el amor y lo conduce a cada rama, a cada hoja y es repartido por la luz y el aire allá donde convenga.
Es tal mi deseo que la fuerza del amor continuamente bendiga y rodee al planeta, que no paro de generar amor en mi corazón para seguir alimentando el corazón de aquellos que se lamentan y que su dolor, así, se transforme en libertad.
Amo a los desconocidos y a lo desconocido y, por tanto, también a ellos les envío mi amor, siendo consciente de que, aunque no pueda entender todo lo que me sucede a mí y a los otros, hay algo más allá de todo entendimiento que se encarga del vaivén del mundo.
Desde la transitoriedad de todas las cosas, yo sigo enviando un baño de amor al Universo, hasta que lo veo tan empapado que es como si un halo de luz amorosa lo rodeara y lo abrigara por completo, y sigo enviando amor.”
Otra meditación para ensanchar el sentimiento del amor en un poderoso campo vibratorio que nos acaricie a cada minuto y que se expanda por todo el planeta Tierra, podía ser esta:
“Envío amor a cada átomo de la existencia, a cada rincón de la creación de modo que no quede nada en este Universo sin ser impregnado por la fuerza amorosa que estoy generando ahora.
Todo aquello que la recibe se siente renovado y vital de manera que toda la energía que se genera a su alrededor se transforma en la vibración del amor.
Ahora mismo estoy creando un poderoso campo de energía que abraza el planeta y al resto del cosmos el cual arrastra y purifica cualquier rastro negativo transformándolo en la fuerza energética del amor en sí misma. Esta fuerza ayuda a la toma de conciencia del ser interior que hay en cada uno de nosotros y es ese espíritu el que ahora se manifiesta desde la posición del amor.
El amor infinito surge a borbotones desde la caudalosa corriente de mi corazón y es tal su enorme radio de acción, que sonrío en la confianza de que se está creando ahora felicidad y bienestar en todo aquello que lo necesita. Siento el cambio desde ahora gracias a la manifestación del amor abundante que está circulando en todas partes.”
La energía del amor nace del corazón y desde este punto vital, pronunciaremos estas palabras mágicas para que transmitan su luz por todo el planeta y el Universo a quien la necesite:
“Visualizo mi corazón como un motor de energía que vibra al unísono con la vibración del amor de modo que las ondas de energía son tan poderosas que dan abasto a todo aquello que se cruza en su camino. Así pues, veo aquí y ahora como esta enorme luz energética llena de amor a personas, animales, lugares y vegetación de todo el planeta. La energía del amor purifica a todo aquél que la recibe. Además, la energía del amor es tremendamente regeneradora y curativa por lo que ahora está equilibrando todos aquellos ciclos que quedaron dañados. Contemplo, así, como la paz y el perfecto equilibrio se adueñan de todos los aspectos del planeta y del resto del Universo y, por tanto, éstos quedan perfectamente restablecidos, floreciendo en el amor que ahora envío.”
Diariamente, en posición de meditación, brindaremos estos buenos deseos con la firme intención que desde nuestro corazón se manifiesten en la vibración energética del amor por nosotros mismos:
“Un dulce tornado de energía amorosa brota de mi corazón y se esparce en mi interior como una brisa traviesa que impregna a todo mi ser de un dulce cosquilleo que vigoriza a cada órgano y a cada molécula para convertirse en la viva imagen del amor y del encuentro conmigo mismo/a.
Contemplo ahora como este suave torbellino se levanta en todo mi interior, como si de hojarasca que eleva el viento en otoño se tratara, y me aporta plenitud y alegría con la calma y el equilibrio que otorga la confianza que nace del estado de alerta inherente a la consciencia en el ahora. Ese regalo que es un don que nace de la fuente del amor, la cual brota del manantial de emociones limpias albergadas amorosamente en la luz de mi ser interior, con el cual ahora me conecto para sentirme en todo mi esplendor y mi pleno potencial.”
Publicado por Maria Jesus Verdu
http://mjesusverdu.bubok.com/
Querida Rosa:
ResponderEliminarUna vez más, gracias por difundir en tu espacio lleno de sabiduría y de luz los textos que creo con tanto amor inspirados en los seres de luz que testimonian mi existencia y la de todos aquellos que son sensibles a su discreta presencia.
Que Dios te bendiga. Eres un cielo de persona.
Querida Rosa:
ResponderEliminarTe he dejado un agradecimiento en este enlace: http://zonailuminada.blogspot.com/2011/01/agradecimientos_21.html